jueves, 19 de junio de 2008

Al final del viaje

Tantas cosas que tuve en mi mente, atrapadas en mi boca. La realidad las dejó salir, deslizandose por mis labios, obteniendo como fruto ríos de sangre entre mis dedos, sus dedos, nuestros dedos. Probablemente la historia pese más que las palabras, dicen que se las lleva el viento... eso espero. Procuro beber jarabes que más que ambrosía para mi lengua es un terrible veneno. Dulce veneno, que finalmente destruye lo construído. Escribo sin pensar... releo lo escrito... me doy cuenta que soy una pésima mentirosa... hasta mis pensamientos más recónditos y sentimientos más profundos surgen a la luz sin chistar, todo con un beso, un simple beso. Caigo y recaigo, no puedo rehabilitarme. Demonio maldito deja de poseerme! Pierdo el control de mis labios, mis ojos mis manos, mis oidos. Soy otra. Qué pasó? dónde estoy? quién soy? No soy la misma, he cambiado, para bien o para mal ya no importa. Lo único que importa es que hay cariño y odio (proporcional? pregunto), pero eso es bueno porque finalmente no hay olvido.

Para el que ocupa los peores y mejores momentos de mi vida... prende tu mente, sintonza mi frecuencia, respira hondamente y recuerda...

Al final de este viaje

Al final de este viaje en la vida quedarán
nuestros cuerpos hinchados de ir
a la muerte, al odio, al borde del mar.
Al final de este viaje en la vida quedará
nuestro rastro invitando a vivir.
Por lo menos por eso es que estoy aquí.
Somos prehistoria que tendrá el futuro,
somos los anales remotos del hombre.
Estos años son el pasado del cielo;
estos años son cierta agilidad
con que el sol te dibuja en el porvenir,
son la verdad o el fin,
son Dios,
quedamos los que puedan sonreír
en medio de la muerte, en plena luz.
Al final de este viaje en la vida quedará
una cura de tiempo y amor,
una gasa que envuelva un viejo dolor.
Al final de este viaje en la vida quedarán
nuestros cuerpos tendidos al sol
como sábanas blancas después del amor.
Al final del viaje está el horizonte,
al final del viaje partiremos de nuevo,
al final del viaje comienza un camino,
otro buen camino que seguir descalzos
contando la arena.
Al final del viaje estamos tú y yo intactos,
quedamos los que puedan sonreír
en medio de la muerte, en plena luz.

(Silvio Rodriguez de Zofri)

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