miércoles, 16 de junio de 2010

Bestia

Es inevitable correr. Deslizar mis pies entre los granos de arena sintiendo cómo la respiración se agita cada vez que inhalo libertad. Cuidadosamente miro hacia atrás, jugando con los notas de tu sonrisa, interpreto los signos del instinto. Las carcajadas escapan de mi boca al sentir que intentas alcanzar mis caderas entre la gracia y el sudor. Me siento poderosa al saber que esta contienda la he vencido con el más cándido de los besos. De improviso, movida entre el deseo y el orgullo tropiezo y tus cabellos logran penetrar el delicado manto que cubre mi cuerpo, poseyendo mis formas y colores. Enceguezco para entregarme como ofrenda a Eros quien bendice mi metamorfosis. Mis ojos se vuelven almendra, de un profundo bermellón. Mi lengua, incandescente como los soles que nos rodean acaricia tu cuello y mis dedos se tornan líquido impertinente que se inmiscuye en cada corpúsculo de tu ser. Extraña evolución, pues nace fuego en mis entrañas, y arde como el más impetuoso de los astros. Somos uno, lo sé. Me despojo de mi conciencia y me destierro de la cordura. Somos uno, lo sé. Un animal hambriento de sangre y vida, ansiando a aquella presa concebida entre tinieblas y luz. Somos uno, lo sé. Una bestia indomable, perdida en sus manos, su mirada, su boca. Somos uno… ya no lo sé, sólo muerdo, devoro y sonrío.

VADE RETRO