domingo, 22 de febrero de 2009

Bailando con tu sombra, Alelí

La primera vez que escuché esta canción hubo un orgasmo musical instantáneo, fue la ganadora de la competencia folclórica del Festival de Viña no me puedo acordar qué año. Victor Heredia, su autor ya ha ganado tres gaviotas de plata y hoy leyendo diarios virtuales me encontré con la grata sorpresa de que será el tema representante de Argentina en la versión 2009 del evento. Por cosas de la vida, del Cosmos, de Dios, esta composición tiene un significado muy especial para dos personas con quienes compartí y comparto trozos importantes de mi existencia. Ninguno le atribuye la misma relevancia a la letra o bien pasaron por etapas distintas al momento de oírla, sin embargo rescato los caprichos del Olimpo cuando este pequeño gusto musical es uno de los puntos donde converge la complicidad que nos une.

Quien podrá quererte como yo te quiero, amor
quien pregunto, quien podrá quererte como yo
siempre lo decías y me atabas a tu piel
con ramos de besos y escuchábamos caer
sobre los techos de zinc
lluvias de otoño en abril
tengo esa nostalgia de domingo por llover
de guitarra rota
de oxidado carruselay, Alelí
pobre de míyo te desnudaba para ver como era el mar
y el mar se enredaba mis deseos de volar
íbamos tan lejos que olvidábamos volver
nos traía el ángel ciego del amanecer
y se acostaba a tus piescomo un gatito siamés
tengo esa nostalgia de domingo por llover
de guitarra rota de oxidado carrusel
ay, Alelí
pobre de mí
Esta noche quiero que bailemos otra vez
la canción que el viento nos cantaba en el ayer
ya sabre el infierno como hacer para aceptar
que baile en mi celda con tu sombra sin parar
como he podido matar a quien me hacía soñar
tengo esa nostalgia de domingo por llover
de guitarra rota de oxidado carrusel
ay, Alelí
pobre de mí




VADE RETRO

jueves, 12 de febrero de 2009

Martinis

Cambio las cervezas por algo más femenino. Ese algo nos invita a modificar el tema. Un momento de relax anhelado por días. El infaltable cigarrito, un buen oído de ua psicóloga innata y... magia... Panorama perfecto para espantar uno que otro demonio rondando en mi cabeza pero que en este preciso instante observo como simples ángeles caídos.

¿Qué hace tan interesante la conversación? ¿Hombres? ¿Hijos? ¿Familia? ¿Vida? Por supuesto, pero no es lo principal. Química, experiencias similares, una bofetada de realidad que me hacía falta en la evaluación de mis actos. Todo teñido por el buen humor sólo entendido por nosotras. Pasan un par de horas y doce años se vuelven doce minutos y contando. Música ambiente de calidad que evoca recuerdos imposibles de no compartir. Un par de "salud" y tanto la enclenque mesa como la "vela encendedor" beben de nuestras copas.

El happy hour se nos comienza a acabar y una servilleta con un mail y un teléfono anotados llega a mis manos casi como película gringa (Estos iquiqueños). Dieciséis llamadas perdidas en mi celular, nada grave. Afortunadamente no provienen del mismo número de las ciento dos llamadas de la mañana. El deber nos llama. Mirada comprensiva y siento por primera vez tras un prolongado periodo de tiempo, no hay presiones. Me siento bien.

Amiga, muchas gracias por todo, por espantar mis demonios, por hacerme sentir que no estoy tan equivocada, por compartir un pedacito de ti conmigo.

¿Otra ronda de martinis? Sí, por favor...


"NUNCA HE DESEADO MAL A NADIE, ESTA ES MI PRIMERA VEZ"