miércoles, 16 de mayo de 2012

El signo de la bestia


Al escarbar en el lodo de la cordura viajo con la extraña sensación de marchitar recuerdos evocados  por el camino empedrado del infortunio. Observo la destrucción en los rincones de la conciencia liberando a la bestia suspicaz, a la siga de la presa que despierta la incertidumbre. Mi memoria se detiene en los labios de la nostalgia, esbozando por momentos la demencia que consume el dulzor de los frutos del presente. Rasguño mi lengua a la espera de la iluminación del alma en un acto desesperado por reconocer la verdad, mas sólo la paz se dibuja en el rostro de la respuesta serena, máscara de la pasión de mis entrañas.

El signo de la bestia se ha marcado en mi piel y obedezco a mi libertad ofrendada por el Olimpo.

VADE RETRO