jueves, 27 de octubre de 2011

EL Tesoro

Te observé detenidamente mientras contemplabas aquel hallazgo, tus ojos lograron iluminar mis manos cubiertas de barro y esperanza. Decidimos nutrirlo de besos ocultándolo de las alimañas que nos merodean. Sabemos que la podredumbre de su boca sólo consigue aliviar su miseria encendiendo analogías de nuestro infinito, mas es tan excelso el descubrimiento que sólo nosotros conservamos la eternidad. Me estremece la impronta plasmada en el firmamento, la belleza de esa paz que contiene nuestro cosmos. Y es el dulzor de las caricias que sellan nuestra unión, el que purifica la beatitud del Olimpo.

Aquel día acercamos la desnudez de nuestras almas saboreando nuestra humanidad. Aquel día trazamos un nuevo rumbo hacia el edén. Aquel día fuimos luz en plenitud.  

VADE RETRO 

jueves, 7 de julio de 2011

Humano

Es ese ímpetu que vuelve tus nervios de acero al emprender nuevos rumbos, que sólo el Olimpo conoce, mezcla y en ocasiones entreteje con nebulosas curiosas. Son los bríos con que te tornas un salvaje, devorando la misma carne que besas con ternura en aquellos encuentros húmedos. Es la forma cómo tocas mi vientre y conviertes lo intenso en milagro, volviéndonos autores de la Gran Obra Maestra. Es el segundo exacto en que descubro en tus ojos un destello de divinidad desconcertante para la brutalidad de mi instinto, no obstante, logras despertar la inocencia de esta bendición, transmutando tinieblas en luz, dolor en amor, la más exquisita y perfecta composición. Somos vida inspirando a Dios, exhalando el arte de la Creación.

VADE RETRO

sábado, 8 de enero de 2011

Noctámbula

Tu llegada me asombra y me place saber que no hay tiempo para desanudar el ardor que dejaste pendiente en la hora de los seres nocturnos. Ya no importa el rastro de la lengua babilónica mientras sea ella quien recorra mi carne ansiosa de tu perfume.

He de confesar que has vuelto en el recuerdo de albas frías en ausencia de tu aliento, consiguiendo enfurecer mis sábanas entre demonios y otros placeres cuando aquella pecaminosa luna me observa mientras seduzco mi mente gracias al deseo de tus manos en mis contornos, siendo las mías quienes entibien la piel. Mas no te quiero simbólico, te quiero aquí, ahora, verdadero y mío. Sólo vuelve real y traduce mi imaginación en huella indeleble de nuestro encuentro.

VADE RETRO