jueves, 8 de octubre de 2009

Alma de borrego

Caminé sobre un mar de arena, sorteando tormentas que intentaron perturbar mi camino. Decidí ir al lugar de encuentro sola, sin mi ángel ni mi serafín, ya que son parte del bálsamo celestial que me espera en el retorno. Anocheció y agotada de esperar la batalla, me senté y cerré los ojos, respirando la quietud y disfrutando del gozo de mi alma. Pronto un estruendoso alarido, interrumpió mi calma, reconocí su voz, su figura, su mirada, mas esta vez, se manifestó real, sin el pelaje suave de borrego. Su boca está cosida con vergüenza, sin embargo logro interpretar las señales de sus manos sucias. Esta vez no puede inundar el paisaje con excusas prefabricadas, sólo debe escuchar la melodía de la verdad.

Recuerdo mi fiel Oráculo, las palabras exactas que los Dioses instalaron en mi lengua, espadas que atravesaron su diminuto cerebro.

-¿Porqué insistes en golpear las aguas q brindan tu reflejo?, olvidas que esa imagen deforme sólo es fruto de una mala siembra, pues la tierra fértil de tu rostro cayó a pedazos el milenio anterior. Ahora la hiedra tiene espinas que se clavan en tus pies y no puedes avanzar. Esas semillas son mentirosas, ¿no aprendiste la lección? No. Eres una mala discípula, pues las hipocresías de tu aliento son auténticas para ti, a pesar de que los Dioses han puesto en equilibrio el Universo, continúas quebrando tus uñas al creer que puedes engañarlos.

Patético ser, tu pelaje no es de borrego, mas tu alma si lo es, pues tiene escrita con sangre la palabra cobardía, sólo huyes. Ahora bien, sumérgete en tu universo paralelo. Date ese baño que tanto anhelas, sólo recuerda que el hedor no proviene de las aguas cloacales que untas en tu espalda, la viscosidad proviene de tu alma y q se desliza por tus poros. Esos que necesitan respirar, que imploran por verdad, sólo así descansarás en paz –

Oráculo amigo mío, luego de volver mis ojos negros y desnudar su alma me di cuenta que no es un demonio puesto que es muy frágil, incapaz de pensar por sí mismo pues sólo muerde mi sombra y masculla ideas inconexas. Palabras toscas que provienen de sus labios putrefactos, mal plagio de mis letras, que en esta nueva era sólo me hacen sonreír.

Sorpresa fue la mía al percatarme que todo fue un espejismo. Mis palabras se las llevó la brisa junto a la fe en su redención. Dices que no me sorprenda Oráculo, los seres con pobreza en el espíritu son así. Es cierto, los Dioses me dieron la oportunidad de retirar la maleza de mi cosecha y mis frutos son dulces. Regreso a casa, mi batalla terminó. En el Olimpo se celebra el triunfo de la vida y yo agradezco por ella.

VADE RETRO