sábado, 1 de septiembre de 2018

El sello



Su mirada se detuvo en mis labios, mientras éstos transfiguraban los misterios de la humanidad. Curiosa me incliné hacia él para descubrir la razón de ese rostro poseso por una intención escondida y comprendí que la muerte se encontraba entre los dientes. Mi cuerpo al instante se volvió un instrumento de cuerdas desnudando sinfonías en espiral.

Quizás sólo sonrío porque me es imposible ocultar el placer de la trova en mi carne, o cómo transcribe mis deseos inconfesables en letras de terciopelo. O quizás sólo sonrío porque tiene el descaro de inmiscuirse en los laberintos de mi mente y detener la vertiente de mis secretos. Mi piel reconoce la suya, mas todo encuentro es distinto al embriagar mis sentidos de la manera más perfecta. Es indescriptible como explora mis formas y descubre nuevas fantasías. Con la astucia de mis caderas intento no revelar al espíritu animal que invoco para escapar de la inminente conquista de su juego. No obstante, lo dejo vencer en mi territorio, pues tuvo la valentía de recorrer las sombras del alma con temeraria convicción.

Quizás sólo sonrío porque ha descubierto que me seduce su mirada y es esta impronta, mensaje suficiente para iniciar la próxima travesía en que la dulzura de su lengua conjure el enigma de un nuevo ser.

VADE RETRO