miércoles, 18 de noviembre de 2009

Tiempo

Existen segundos que se incrustan en mi piel, segundos que cada cierto tiempo desearía olvidar, pero están allí plasmados como tatuajes de un mal pasar. Los segundos se transforman en minutos y veo mariposas en esas marcas, las observo con ternura y se atreven a volar, dejan huellas en mi tez que palpo entre suspiros de serenidad y plenitud. Son las horas que transcurren, las responsables de esta evolución, la impronta de sabiduría bajo mis ojos y carne enjuta producto de batallas infernales en mis días de gloria.

Reflexiono al inclinarme a coleccionar granos de arena cuyo destino es un reloj, ese diminuto ser que controla mis semanas naturales y no puedo esperar, el mismo que usa cadenas doradas y esclaviza a nuestra especie se vuelve mi amigo en los meses estivales y me traiciona cuando mis manos se extienden para alcanzar una fantasía. No caeré, no perderé la fe, no seré mortal, repito con humana convicción. Los años cubren mi cuerpo con las líneas del ocaso, mi mirada se torna del color de los infinitos amaneceres por cada década vencida. Y es en ese instante donde decido compartir el lenguaje de mis siglos con los suyos, disfrutando nuevas eras y reescribiendo la historia cuyo mensaje es la respuesta a tantas interrogantes milenarias. Sólo el amor traducido en eternidad.


VADE RETRO