jueves, 12 de febrero de 2009

Martinis

Cambio las cervezas por algo más femenino. Ese algo nos invita a modificar el tema. Un momento de relax anhelado por días. El infaltable cigarrito, un buen oído de ua psicóloga innata y... magia... Panorama perfecto para espantar uno que otro demonio rondando en mi cabeza pero que en este preciso instante observo como simples ángeles caídos.

¿Qué hace tan interesante la conversación? ¿Hombres? ¿Hijos? ¿Familia? ¿Vida? Por supuesto, pero no es lo principal. Química, experiencias similares, una bofetada de realidad que me hacía falta en la evaluación de mis actos. Todo teñido por el buen humor sólo entendido por nosotras. Pasan un par de horas y doce años se vuelven doce minutos y contando. Música ambiente de calidad que evoca recuerdos imposibles de no compartir. Un par de "salud" y tanto la enclenque mesa como la "vela encendedor" beben de nuestras copas.

El happy hour se nos comienza a acabar y una servilleta con un mail y un teléfono anotados llega a mis manos casi como película gringa (Estos iquiqueños). Dieciséis llamadas perdidas en mi celular, nada grave. Afortunadamente no provienen del mismo número de las ciento dos llamadas de la mañana. El deber nos llama. Mirada comprensiva y siento por primera vez tras un prolongado periodo de tiempo, no hay presiones. Me siento bien.

Amiga, muchas gracias por todo, por espantar mis demonios, por hacerme sentir que no estoy tan equivocada, por compartir un pedacito de ti conmigo.

¿Otra ronda de martinis? Sí, por favor...


"NUNCA HE DESEADO MAL A NADIE, ESTA ES MI PRIMERA VEZ"

No hay comentarios: