martes, 17 de agosto de 2010

Intrusa

Me elevo ante tal paisaje cubierto de melodías desnudas, admirando mi cuerpo en evolución. Selecciono pulcramente los sentidos que gozan de tan exquisita visión negando el paso a figuras indeseadas al acecho de nuestro silencio. Mas es inevitable contemplarme desde el pedestal en que ese mismo ente obsesionado me ha puesto. El aroma nauseabundo de tal ladrón se impregna en retratos de furia hacia sí mismo, reflejando vergüenza de letras mal cuidadas, esbozo de mis creencias. Acto criminal del pecado original. La imaginación es mutilada con cada palabra arrancada desde las profundidades de los infiernos siendo envuelta en maquillaje. Falso como cada hebra de su cabello. No obstante la envidia que corroe sus entrañas permite la fluidez cefalocaudal de cierto placer por ser musa que inspire exorcismos. Será pues mi cruzada, la de guiar por sendas de la verdad a aquel torpe enigma de la naturaleza reconociendo que el demérito de su lengua es un halago vomitivo.

Intrusa. Tus palabras sólo son la onomatopeya de los cerdos.

VADE RETRO

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