Al escarbar en el lodo de la cordura viajo con la extraña
sensación de marchitar recuerdos evocados por el camino empedrado del infortunio.
Observo la destrucción en los rincones de la conciencia liberando a la bestia
suspicaz, a la siga de la presa que despierta la incertidumbre. Mi memoria se detiene
en los labios de la nostalgia, esbozando por momentos la demencia que consume
el dulzor de los frutos del presente. Rasguño mi lengua a la espera de la
iluminación del alma en un acto desesperado por reconocer la verdad, mas sólo
la paz se dibuja en el rostro de la respuesta serena, máscara de la pasión de
mis entrañas.
El signo de la bestia se ha marcado en mi piel y obedezco a
mi libertad ofrendada por el Olimpo.
VADE RETRO
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