sábado, 1 de septiembre de 2018

El sello



Su mirada se detuvo en mis labios, mientras éstos transfiguraban los misterios de la humanidad. Curiosa me incliné hacia él para descubrir la razón de ese rostro poseso por una intención escondida y comprendí que la muerte se encontraba entre los dientes. Mi cuerpo al instante se volvió un instrumento de cuerdas desnudando sinfonías en espiral.

Quizás sólo sonrío porque me es imposible ocultar el placer de la trova en mi carne, o cómo transcribe mis deseos inconfesables en letras de terciopelo. O quizás sólo sonrío porque tiene el descaro de inmiscuirse en los laberintos de mi mente y detener la vertiente de mis secretos. Mi piel reconoce la suya, mas todo encuentro es distinto al embriagar mis sentidos de la manera más perfecta. Es indescriptible como explora mis formas y descubre nuevas fantasías. Con la astucia de mis caderas intento no revelar al espíritu animal que invoco para escapar de la inminente conquista de su juego. No obstante, lo dejo vencer en mi territorio, pues tuvo la valentía de recorrer las sombras del alma con temeraria convicción.

Quizás sólo sonrío porque ha descubierto que me seduce su mirada y es esta impronta, mensaje suficiente para iniciar la próxima travesía en que la dulzura de su lengua conjure el enigma de un nuevo ser.

VADE RETRO

viernes, 15 de diciembre de 2017

Perdición


Entre tumultos de almas perdidas danzando al compás de lúgubres melodías, un par de cuerpos rotos, mutilados por la realidad, trascienden entre planos  burlando la muerte. Un roce involuntario de sus labios encendió el fulgor dormido entre tinieblas. Carnosos y palpitantes, enrojecieron y enlazaron sus furibundas lenguas, ansiosas por conquistar otras texturas.
Desnudaron sus conciencias, humedecieron el encuentro y al dibujar la urgencia en su espalda con las uñas, se confundió la tinta de su piel con las líneas del deseo.
Él sonrió, con su lengua perdida en la obscenidad de su femenino sabor, penetrando los vestigios de cordura que se diluye como sus manos en los contornos.
 Y con la mente indómita y el cuerpo rebelde, se intoxicaron de sombras, empapados de sudor que recorre lo sagrado entre aromas, calidez y melodías primitivas, dejando sus huellas en la carne ajena.
La piel ha perpetuado la adicción de caricias perdidas en un siguiente encuentro.

-Vade Retro-

jueves, 13 de julio de 2017

Desafío

Es un enigma penetrarlo. Mas allá de una melancólica mirada que evoca en penumbras pretéritos demonios, se esconde la herida de un alma invisible. Apartar cada uno de sus velos sin profanarlo, es un desafío sobrenatural, pues en la superficie de su piel versa la huida prematura al más delicado contacto de placer. La curiosidad se transforma en propósito, articulando en mi mente inquieta la más honesta intención de saborear su instinto, sin distorsionar el humano fin de hallar la humedad de una lengua. Procuro entonces discreción en el silencio de un gemido oculto, signo explícito de la carne satisfecha y ante la sonrisa cómplice dibujada en sus comisuras, se yergue el contrato de limitar la perversión sólo al exquisito vaivén de aquellos cuerpos nocturnos.

- Vade retro -

Mi alma retorna

Una mujer de sombras desliza una sonrisa traviesa sobre los campos de la fantasía. Recrea, rebobina, pausa, reitera el éxtasis nocturno, despojándose de la cadena protectora del Cosmos. No logra distinguir si esa calidez en los labios es producto de la sustancia que diariamente alivia sus tormentos enlenteciendo su respiración o de la remembranza de texturas ajenas a su lengua que toman el control de su piel. En el hallazgo de la carne que estremece el instinto, es su esencia adormilada por el sabor de una gota, la que desvanece trazos de realidad; espejos de demencia en que la mente se deleita con fragmentos de deseo y urgencia de caricias, mezcladas con la agonía del momento exacto de un inequívoco despertar. Las sombras alcanzan su mirada, perdiéndose en la adicción de una nueva huída al horizonte animal; fluye libremente sin angustia, culpa o final.

miércoles, 27 de febrero de 2013

Ardiendo


He intentado escapar de aquellos demonios,
Aquellos que me poseen por las noches en tu ausencia,
 Invitan a jugar con lujuria a mi deseo
y transforman mis entrañas en  tormenta.
He caído en sus manos, en sus cuerpos, sus miradas,
Irrumpen en mi lecho antes de cada alba
El pecado de mis labios es el que los provoca
Mas el sudor de mi demencia los invoca
Solo espero silenciar a aquel demonio hambriento
de mi piel,  de mis formas impaciente por cada encuentro.
Extingue mi fuego con el dulzor de un simple beso
Pues mi mente seguirá ardiendo… ardiendo

- VADE RETRO -

domingo, 28 de octubre de 2012

Origen


Descansemos en nuestras memorias y demos paso a la deliciosa circunstancia de sellar con sudor y carne las crónicas del infinito. Hemos alimentado nuestras almas de sonrisas cómplices y sagrado linaje como ofrenda de un amor transcrito en el Libro Eterno. La senda construida en sal y polvo, admite el obsequio del Cosmos en esta nueva era sobre la mirada lúgubre de la bestia ciega de amargura y espejos.  Nuestro andar se volverá cada vez más seguro, pues el fulgor de dos luceros bendecirá nuestros ojos, manos y pies en momentos de tribulación. Recibiremos sin duda,  con júbilo al próximo sol, celebrando la vida, la caza y el amor.

 Agradecida estoy, por la ternura y la espada y bendita soy por la tierra, el viento, el pecado y la luz y este día, luego de trescientos y más, alzo mi cáliz por ti: Amor mío.

VADE RETRO

miércoles, 16 de mayo de 2012

El signo de la bestia


Al escarbar en el lodo de la cordura viajo con la extraña sensación de marchitar recuerdos evocados  por el camino empedrado del infortunio. Observo la destrucción en los rincones de la conciencia liberando a la bestia suspicaz, a la siga de la presa que despierta la incertidumbre. Mi memoria se detiene en los labios de la nostalgia, esbozando por momentos la demencia que consume el dulzor de los frutos del presente. Rasguño mi lengua a la espera de la iluminación del alma en un acto desesperado por reconocer la verdad, mas sólo la paz se dibuja en el rostro de la respuesta serena, máscara de la pasión de mis entrañas.

El signo de la bestia se ha marcado en mi piel y obedezco a mi libertad ofrendada por el Olimpo.

VADE RETRO